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06 Apr
06Apr

Un día desperté y noté que estaba todo oscuro ¿Estaba ciega? Al principio pensé lo más obvio, “la luz debe estar apagada”, porque nadie duerme con la luz encendida. Por lo tanto me levanté de la cama y caminé tanteando la pared. Mi mente era como un mapa de mi dormitorio, guiada solamente por el recuerdo de las dimensiones espaciales de mi entorno. El interruptor debía de estar, si mis neuronas no mentían, al lado de la puerta. Caminé torpemente pateando cosas en el suelo. En esos momentos meditaba en la cantidad de zapatos y ropa que uno deja al lado de la cama antes de dormir. Finalmente mis manos consiguieron acariciar el rectángulo plástico y esa sutil saliente del interruptor. Aliviada, porque al fin vería nuevamente, lo presioné. Y tras el *click* nada ocurrió. Seguía todo oscuro.  

Ya comenzaba a preocuparme, pero traté de no sucumbir a la desesperación. Existía una posibilidad que la luz se hubiera cortado desde la central eléctrica. Podría saberlo al salir a la calle, porque incluso siendo de noche, debería de poder ver la luna, las estrellas o esa penumbra que provee el espacio.  

Atravesé la puerta que da al pasillo y luego llegué al living. Mis manos eran mis guías e iba tocando todo. Sin embargo, me llevé puesto el sillón y luego le pisé la cola al gato. Golpeé una mesa con el dedo chiquito del pie y algo cayó al piso. No me detuve. A duras penas conseguí percibir la puerta de entrada. Tanteaba sobre la mesa recibidora y agarré la llave. Con los dedos fui buscando la forma adecuada y cuando creí que la tenía, abrí la puerta.  

¡Oscuro! ¡Aún seguía sin ver! 

Dí unos pasos hacia afuera tropezando en los escalones de entrada. ¡Definitivamente estaba ciega! Me llevé la mano a la cabeza por estar presa de esta nueva angustia y entonces… Me saqué el antifaz para dormir. ¡Podía ver! El sol brillaba y la gente me estaba mirando también. ¡Qué alegría! Pero un nuevo miedo cobró forma en mi cabeza. 

No sé en qué momento de mi vida había decidido que dormir con antifaz y sin ropa interior, eran una buena idea.

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